Arrebatador y verdadero, Toni Zenet (Málaga, 1967) es un crooner andaluz. De sombrero y voz prodigiosa. Sobre un escenario puede guardar las formas de un Sinatra sureño y un minuto después mandar el micrófono a paseo y cantar a capella para asombro de las primeras filas.

Los Mares de China es su primer trabajo en solitario. Un disco que como los buenos lienzos tiene vocación de clásico. De esos que perduran en el tiempo. También es un viaje por el mundo: con un billete comprado en la copla andaluza con destino al tango argentino, el son cubano y el jazz de Nueva York. Sin tópicos. Porque Los Mares de China es fusión natural. No fusión etiquetada. Un viaje natural a los sentidos.

Música de toda la vida que no se ha hecho hasta ahora, con una carga brutal del inconsciente colectivo. Con unos temas que se podían haber escrito en los años 20, 40, o 60. Pero son de este siglo. “Cuando la gente lo escucha piensan que no son canciones originales”, cuenta el propio Zenet, “sino versiones de clásicos”. Eso siempre es buena señal.

Zenet no es ningún novato en la música. Sur. S.A. fue su primera banda de funky flamenco, (“cuando nade hacía funky flamenco”) con la que publicó dos discos (A golpe de pellejo y Malaracha) y de la que se conserva otro trabajo, todavía inédito. Las cosas no funcionaron como debían.

Nace así el proyecto Zenet, que tiene su origen hace un par de años en las jams sessions del bar Plaza, de Madrid. La cabezonería del letrista y poeta Javier Laguna y el impulso de Juan Ibáñez (de la editorial Warner Chappell) reflotan la ilusión de Toni justo cuando el desánimo se agarraba a su cuello.

La misión, dar vida a unas canciones emocionantes, nocturnas y a la vez soleadas, elevadas con la particular voz de Toni. Él mismo agarra sus ahorros, busca financiación y se mete a grabar un disco con unos músicos de jazz de categoría, que al ver el resultado se implican en el proyecto. “Siempre he sido Juan Palomo”, dice Toni.

El resultado es un traje a medida, un trabajo en equipo. Uno de los discos más sorprendentes de los últimos años. Que como los buenos jamones tiene denominación de origen. Yo los llamo las Cinco Jotas, asegura Zenet: Javier Laguna (autor de letras), Javier Viana (percursiones) y José Taboada (guitarra), Juan Ibáñez y Joshua Edelman (pianista y dueño del estudio de la Latina donde se grabó el disco).
Tras este primer trabajo, aparece a finales de 2010 «Todas las calles», diez peliculitas sonoras en las que el protagonista -un truhán con extraordinario parecido a Toni Zenet- coquetea, ama y sufre por los rincones de una ciudad que tiene tanto de Madrid como de su Málaga natal, París, Buenos Aires, Nueva York, La Habana o Río de Janeiro… según los vientos le lleven a uno u otro lado. “No tenemos vergüenza ni pudor para empezar un tema con bossa nova, pasar por el tango y acabar en la salsa cubana. Lo importante es que se haga con naturalidad. Y con respeto, claro”, aclara Zenet en su página oficial (http://www.elvolcanmusica.com/index2.php?com=artista&id=8)

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