Wilhelm Richard Wagner (Leipzig, 22 de mayo de 1813 - Venecia, 13 de febrero de 1883) fue un compositor, director de orquesta, poeta y teórico musical alemán.

Richard nació en Leipzig, Alemania, el 22 de mayo de 1813. Su padre, un funcionario modesto, murió seis meses después. En agosto de 1814, su madre se casa con el actor Ludwig Geyer. Geyer murió cuando Wagner contaba con apenas 10 años de edad. Se dice que fue él quien le inculcó la pasión por el teatro y las artes.

A los 15 años de edad Wagner descubre la música y decide dedicarse a este arte, por lo que se inscribe en la universidad de su ciudad natal en 1831. Entre los compositores que más le influyen destaca Ludwig van Beethoven.

En 1832, Wagner comienza la composición de su primera ópera, Die Hochzeit (La boda) pero abandona la idea debido al desagrado de su hermana con el argumento. La primera ópera completa del genial compositor, Die Feen (Las hadas) fue terminada en 1833 pero no sería estrenada hasta poco después de su muerte, en 1884.

Durante estos primeros años de su carrera es nombrado director musical en las óperas de Wurzburgo y Magdeburgo. Entonces escribe Das Liebesverbot (La prohibición de amar), ópera inspirada en una pieza de William Shakespeare llamada Measure for Measure. Presentó esta obra en 1836, pero fue acogida con poco entusiasmo. Ese mismo año Wagner se casa con la actriz Minna Planer. La pareja se traslada a Königsberg y después a Riga, donde Wagner ocupa el cargo de director musical. Tras algunas semanas, Minna le abandona por otro hombre. Poco después ella regresa, pero la relación nunca se recompone y transcurrirá penosamente durante las tres siguientes décadas.

Sumidos en las deudas, los esposos abandonan Riga de manera furtiva en 1839. Parten hacia Londres y en el trayecto son víctimas de una tormenta que inspira a Wagner Der fliegende Holländer (El holandés errante). Los Wagner viven un periodo en París, donde Richard gana su vida reorquestando las óperas de otros compositores.

Dresde:

En 1840, Wagner termina su ópera Rienzi. Regresa a Alemania dos años después para estrenarla en Dresde, donde tiene un éxito considerable. Los Wagner se establecen en esta ciudad durante seis años. En este periodo Wagner pone en escena El holandés errante y Tannhäuser, sus primeras obras maestras.

La estancia en Dresde termina a causa de la implicación de Wagner en medios anarquistas. En los estados alemanes independientes de la época, un movimiento nacionalista comienza a hacerse entender, reclamando la libertad, así como la unificación nacional alemana. Wagner llega a frecuentar a Mijaíl Bakunin.

En 1849 estalla una revolución que fue reprimida por el rey Federico Augusto II de Sajonia con el apoyo de Prusia. Wagner se ve forzado a huir, primero a París y luego a Zúrich.

Exilio:

Wagner pasaría los doce años siguientes en el exilio. Habiendo terminado Lohengrin antes de la llamada insurrección de Dresde, acude a su amigo Franz Liszt, a quien le pide velar por que esta ópera sea representada en su ausencia. Así, en agosto de 1850, Liszt dirige en persona el estreno en Weimar.

Sin embargo, Wagner se encontraba en una situación muy precaria, marginado del mundo musical alemán, sin ingresos y con muy poca esperanza de poder hacer representar las obras que elaboraba. Su mujer, Minna, quien poco había apreciado sus últimas óperas, se encerraba poco a poco en una profunda depresión. Para colmo de males, el mismo Wagner enfermó de erisipela, lo que aumentó aún más la dificultad de su trabajo.

Apadrinado por Luis II:

La carrera de Wagner toma un giro inesperado en 1864, cuando el rey Luis II de Baviera accede al trono a la edad de 18 años. El joven rey, que admira la obra de Wagner desde su infancia, invita al compositor a Múnich, paga sus cuantiosas deudas y apoya el desarrollo de su nueva ópera. El rey Luis II fue conocido por sus tendencias homosexuales y habría tenido un deseo reprimido por Wagner.

A pesar de las dificultades, la presentación de Tristán e Isolda el 10 de junio de 1865 es un éxito contundente.

En abril de 1865, Cosima, hija de Franz Liszt casada con Hans Guido von Bülow, da a luz una hija de Wagner. El escándalo hace crecer la presión sobre el rey para que expulse a Wagner de la ciudad. Luis II llega a pensar en abdicar para seguir a Wagner en el exilio, pero el músico logra persuadirlo.

Wagner se traslada a las cercanías de Lucerna. En 1867 termina su ópera Los maestros cantores de Núremberg (Die Meistersinger von Nürnberg). Tres años después, Cosima se divorcia y contrae matrimonio con Wagner, quien le ofrece el Idilio de Sigfrido con ocasión de su cumpleaños. La pareja tiene otros dos hijos: Eva y Sigfrido (además de Isolda, hija de la relación extramatrimonial).

Durante varios años, el filósofo Friedrich Wilhelm Nietzsche fue un amigo próximo de Wagner, si bien la relación terminó en enemistad.

El ciclo del Anillo:

Wagner dedicó más de veinticinco años de su vida a la concepción de la más ambiciosa de sus obras: el ciclo de cuatro óperas, un prologo y tres jornadas, que se conoce como El anillo del nibelungo.

En 1848 Wagner escribió un texto que tituló El mito nibelungo, a partir de diversas fuentes de origen medieval. El texto, que combina distintas sagas y leyendas en una sola línea narrativa, puede ser considerado el precedente claro de la trama del ciclo del Anillo.

Como siempre, Wagner escribió íntegramente el libreto de cada una de las óperas, empezando por el libreto que llamó primero La muerte de Sigfrido (Siegfrieds Tod) y que terminó convirtiéndose posteriormente en El ocaso de los dioses. Entendiendo que necesitaba una ópera previa, escribió el libreto El joven Sigfrido (luego convertido en Sigfrido) que terminó en 1851, año en que decidió que debía completar el ciclo completo, que debería ser representado en cuatro noches consecutivas: El oro del Rin, La valquiria, El joven Sigfrido, y La muerte de Sigfrido.

Terminó los textos de El oro del Rin y de La valquiria en 1852. A partir de entonces trabajó de forma discontinua en las partituras, que fueron compuestas en el orden en el que se representan las óperas, lo que se percibe claramente en la forma en la que se van incorporando progresivamente los distintos motivos o leitmotiv a la obra.

El trabajo de composición fue bastante continuado entre 1852 y 1857, pero una vez finalizado el segundo acto de Sigfrido, Wagner interrumpió la composición del ciclo unos doce años, durante los que escribió Tristán e Isolda y Los maestros cantores de Núremberg.

En 1869 volvió a la composición de Sigfrido, terminando en octubre la composición de El ocaso de los dioses.

El ciclo completo no fue representado hasta el verano de 1876, una vez terminada, no sin grandes esfuerzos, la construcción del teatro promovido en Bayreuth por Wagner para la representación del Anillo, en las condiciones requeridas por el maestro. Con esta obra, Wagner ponía en práctica su concepto de "obra de arte total" o Gesamtkunstwerk, en la que el drama, la música y las artes visuales se combinaban armónicamente.

Últimos años:

Después de años de esfuerzo y gracias a la ayuda financiera de su benefactor Luis II (a pesar de todo), Wagner consigue finalmente inaugurar en 1876 su personalísimo Festival de Bayreuth en la ciudad homónima. Para ello se construyó un teatro a medida, el Bayreuther Festspielhaus, en el que se siguen representando sus obras, año tras año, desde entonces (salvo los paréntesis causados por las dos guerras mundiales).

En 1877, Wagner inicia su última ópera, Parsifal. Tardó en componerla cuatro años, durante los cuales escribe también una serie de ensayos sobre la religión y el arte.

Parsifal se estrena en enero de 1882. En esta época Wagner está gravemente enfermo. La familia Wagner viaja a Venecia en invierno. El 13 de febrero de 1883, Wagner muere a causa de una crisis cardíaca. Su cuerpo es repatriado e inhumado en el jardín de Wahnfried, su villa en Bayreuth.

Ideología de Wagner:

Patriotismo alemán:

Wagner fue al principio -arrastrado por las ideas de la revolución y de un renovado cristianismo- un hombre en favor de la fraternidad de los pueblos. No obstante, pronto fue haciéndose cada vez más un nacionalista alemán, influido por gente como el Conde de Gobineau. Este nacionalismo puede verse claramente reflejado tanto en los argumentos de sus obras como en sus mitológicos personajes. Una idea que repitió mucho fue la de las colonias alemanas, como puede verse en su obra póstuma Religión y Arte.

Monarquía:

Richard Wagner siempre defendió el concepto que se conoce como monarquía absolutista, aunque defendía el derecho a la libertad del pueblo. Es decir, que quería una aristocracia y un gobierno que tuviese la autoridad para hacer lo que considerase oportuno y al mismo tiempo el pueblo no estuviese tiranizado.

Religión:

Acerca de este tema nos dice H. S. Chamberlain:

La religión es, según Wagner, para la vida interior, lo que la monarquía es para la exterior. Incluso en aquellos años (1848-1852), en los cuales Wagner estaba casi directamente enemistado con el Cristianismo ya histórico, no existe ni un escrito suyo en que no hable de la religión como fundamento de "la propia dignidad humana", como "la fuente de todo arte", etc. Las iglesias, por el contrario, y la cristalización de la revelación en dogmas -aunque en su mayoría son tratadas por Wagner con gran respeto y le dan la oportunidad de tratarlas llenas de luz-, parece que personalmente le son ajenas, de manera que se pueden leer todos sus escritos sin adivinar a qué confesión cristiana pertenece él y, desde luego, ni de sus doctrinas, ni de sus obras artísticas, ninguna forma especial de Cristianismo tiene el derecho de atribuírselo.
Houston Stewart Chamberlain, Richard Wagner. Ideologíacolor

Sin embargo en otra cita que encontramos en el libro:

* J. HIRSCHBERGER, The History of Philosophy, vol. 2, Bruce, Milwaukee, 1959, p. 507.

Donde dice que se confirma que Wagner finalmente se convirtió al cristianismo, para la gran desilusión de Nietzsche quien obtuvo mucha inspiración de él antes de su conversión.

Wagner y antisemitismo:

El antisemitismo de Wagner se manifiesta en su ensayo Das Judenthum in der Musik (El judaísmo en la música) publicado anónimo en su momento (1850) y más adelante bajo su nombre. En él, Wagner deplora la judaización del arte moderno y sostiene la tesis según la cual "el judío" es realmente incapaz de expresarse artísticamente no por su apariencia exterior ni por su lengua, pero por lo menos sí por su canto, no obstante "aquél" llegue en la música al dominio del gusto público.

En su ensayo ¿Qué es alemán? de 1865, Wagner intenta explicar el fracaso de la Revolución de 1848 debido al hecho de que al verdadero auténtico alemán -y sus nombres- se lo representó tan súbitamente por una clase de gente que era totalmente ajena a él.

Además, sobre el círculo bayreuthiano en torno a Richard y Cósima Wagner se introdujo en la sociedad alemana, en la segunda mitad del siglo XIX, un racismo en una forma totalmente nueva: un racismo biologizante. Fue esencialmente representado por el francés Arthur de Gobineau, que impresionó a Wagner, y el inglés –alemán de adopción- Houston Stewart Chamberlain. Ambos propagaron la superioridad de una "raza aria" frente al judaísmo. Chamberlain se casó en 1908 con Eva, hija de Wagner.

Algunos autores reclaman una contradicción de los argumentos sobre este tema, ya que Richard Wagner demuestra a sus amigos y compañeros de trabajo judíos una gran confianza. Entre otros conocidos del autor se destacan: su ayudante Karl Tausig, Joseph Rubinstein, Angelo Neumann y la famosa cantante Lilli Lehmann. El estreno de su último trabajo Parsifal se lo confió al director de orquesta Hermann Levi en Bayreuth.

La ejecución de las obras de Wagner todavía es ardientemente controvertida en Israel. Así, por ejemplo, la representación de la obertura de la ópera Tristán e Isolda en dirección del argentino Daniel Barenboim en julio de 2001 condujo a un escándalo. Se han impedido otras representaciones wagnerianas, en parte debido al sabotaje con protestas por parte de supervivientes del Holocausto.

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