Silvina Magari nace en Madrid. Fue en Diciembre, con constitución y todo.

De pequeña escribía poesía en la falda camilla de su abuela, con braserito debajo, así cualquiera.

Cantaba, siempre cantaba y actuaba, una pena que su familia no perteneciera al circo.

De adolescente estudia teatro y canto, estudia mucho y sigue cantando y actuando, pero ahora con mucho público y con aplausos que no son sólo familiares.

Luego llega la época donde Silvina quiere hacer las canciones que no están hechas para decir y cantar exactamente su mundo. Silvina estudia guitarra.

Sigue aprendiendo en Argentina, donde vive dos años. Escucha las letras del tango, del rock argentino, sigue aprendiendo y cantando.

Luego hace lo mismo en México. Otros dos años donde Silvina sigue encontrando y muestra lo comprendido. Canta diariamente en bares de trova del D.F y hace coros a Ricardo Arjona.

Silvina regresa a Madrid porque los faroles de las calles de Lavapiés y de La latina por la noche, no pueden faltarle demasiado tiempo, para que se pueda seguir viviendo.

Silvina ya está preparada en Madrid para ser lo que es. Lo que es, puedes escucharlo en su disco: Ya no soy moderna. Y podrás comprobar, que antes de que la cometa vuele hay que echarla a volar, contando con palomas, campanas, luz, aire, azul y piedras de silencio y peso en los bolsillos. Se ha cerrado el circulo. Es ahora.

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