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Junto a Paco de Lucía y Serranito, Manolo Sanlúcar revolucionó la guitarra de concierto del siglo XX. Su capacidad de innovar y la continua búsqueda de nuevas posibilidades le han llevado a componer obras con un marcado acento personal, siempre ligado a lo que él llama música culta, pero sin perder el sabor andaluz. De hecho fue el primer músico que llevó el flamenco al Teatro Real de Madrid. Fantasía para guitarra y orquesta, Trebujena, Medea y Soleá -interpretadas por el Ballet Nacional de España- Tauromagia y Aljibe son algunas de sus obras. Por sus manos han pasado muchos jóvenes que ahora son grandes guitarristas, como Vicente Amigo o Rafael Riqueni.
Sus primeros pasos los dio junto a su padre, el aficionado Isidro Sanlúcar, que lo llevó a Sevilla siendo niño para que lo escuchara Pepe Pinto, quien le recomendó a Pepe Marchena, con el que realizó su primera gira profesional. Luego acompañaría a otros artistas como La Paquera de Jerez, María Vargas, Porrina de Badajoz y Agujetas. Ya en los sesenta, se unió al elenco del tablao madrileño Las Brujas y grabó sus primeros discos como solista. Tras una productiva colaboración con Enrique Morente, no había cumplido los veinte cuando compuso su trilogía Mundo y formas de la guitarra con la que alcanzó la plenitud artística. La rumba Caballo negro le condujo a la fama. En virtud de esta impresionante trayectoria recibió el Premio Nacional de Música en 2001.
En 1999, grabó Locura de Brisa y Trino, después de haberla estrenado en la Bienal de 1998, junto a la voz de Carmen Linares. También participó en la película Sevillanas de Carlos Saura junto a su amigo Paco de Lucía. Últimamente Manolo Sanlúcar ha compuesto la música del espectáculo de Sara Baras, Mariana Pineda.
