Gilbertástico es el alter ego de Gilberto Aubán, músico español residente en Valencia. A los ocho años sus padres lo apuntaron a la Escolanía de la Vírgen de los Desamparados, un centro concertado en el que se estudia música al mismo tiempo que se cursa la formación básica obligatoria.

Tendría unos 11 años cuando Bach, Mozart y Beethoven se unen en sus referentes musicales con Terrorvision, Nirvana o R.E.M y a surgir de la mezcla de estos una especie de monstruos que luchaban por manifestarse. Gilber deja sus estudios musicales, confundido por la cantidad de horas que debía pasarse repitiendo las mismas partituras, escritas hace cientos de años y empieza a caminar sin más a la espera de ver cómo se desarrolla la vida.

Pasan unos años y Gilber va al instituto. Por la noche valenciana conocerá a Miguel Sancho y Juan Clavel, dos personajes que pronto llaman su atención por lo ocurrentes, divertidos e ingeniosos que son. Se hacen amigos enseguida y juntos forman el grupo Estilo Casero. Esto sería por 1999. Para ubicar al lector, hemos de explicar que Estilo Casero no era un grupo como los que está empezando que tiene algún tipo de proyecto, directriz o conocimiento del mundo en el que debe moverse. No. Estilo Casero era una banda que sobrepasaba los límites de su propio nombre: desconocía totalmente todo lo referente a la música o a la escena artística. De ese modo, no tenían idea de amplis, guitarras, baterías ni nada parecido; no conocían a otros grupos; no ensayaban en un local de ensayo y, salvo conciertos freaks en lugares poco habituales (paellas, visitas del Papa a Valencia, casales de fallas) pocas fueron las actuaciones que pudieron ofrecerle a su público, formado normalmente por los amigos del instituto. Así, poco a poco, pasaron los años hasta llegar al 2005 de nuestra era.

Como legado de Estilo Casero quedó la primera maqueta, Una tarde cualquiera, inédita y guardada en un cajón. En aquel tiempo, Gilber tiene como 22 años ya y un día, de noche, conoce a dos personajillos de Castellón, una chica rubia excéntrica y muy sociable y a un chico tímido con gafas que sabían mucho de música y tenían un grupo: eran Juanjo y Rosa de Pleasant Dreams. Gilber se hace amigo suyo y empieza a tocar el piano con ellos durante un tiempo. Aquí es cuando se da cuenta de que alrededor de la música hay un mundo infinito y, de momento, desconocido, que gracias a estos dos chicos se empieza a abrir ante él.

Animado también por Juanjo Gilber se presenta a la edición del concurso El Troglogló de 2006 y se apunta como Gilbertástico, en honor a cómo le llamaba el que fuera saxofonista de Estilo Casero, Fernando Bonet. Cumpliendo multitud de tópicos cinematográficos Gilber gana el concurso y se plantea así continuar con su periplo de solista, con la casualidad de al final de ese mismo verano Estilo Casero se deshará para que los mismos componentes formen Flamante Overcraft, grupo que durará sólo unos meses.

Como premio del Troglogló Gilber graba su primera maqueta, Un tullido velo, en la que estaban sus primeros temas, Pleno empleo, El maquineto errante o Hawaiano de pueblo. Pronto la prensa valenciana hace un exagerado eco de esta grabación nacida de la casualidad pero cargada de ilusión y Gilber empieza a conseguir muchos conciertos, de momento, por la Comundiad Valenciana. Tanto es así que ve la necesidad de ayuda en el escenario, a veces demasiado grande para él sólo, y los que fueran sus compañeros en Estilo Casero, Miguel y Juan, se unen a su proyecto bajo el nombre de Las mierdas flotantes. Era el año 2007.

La prensa se vuelve a hacer exagerado eco de esos tíos que tocan con careta de mierda y salen más conciertos. En una especie de frenesí loco, sin tener grabación alguna y sólo con la mecha del boca a boca, Gilber y las mierdas consiguen grandes actuaciones y teloneos. Desde Travolta hasta Polar pasando por La Habitación Roja, David Thomas Broughton o Deneuve. También consiguen participar en algún que otro festival como el Mundo Submarino, el Dia Europeo de la Música o cosas así.

(paréntesis)

En aquella época Gilber ya había conocido al que fuere cantante de Kindergarten, Guillemka, y juntos empiezan a tocar colaborando entre sí en sus primeras maquetas.

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También en aquel entonces y fruto de dos desengaños amorosos nace la amistad entre Gilber y Jorge Pérez, que entonces era el cantante de Ciudadano, grupo que acababa de sacar el maravilloso disco Libros de viajes.

** Estos dos personajes tendrán mucha repercusión a partir de entonces.

Pero volvamos a las mierdas. Llegó el día de poner sobre un soporte todas las aventuras que había deparado el unir las composiciones delirio de Gilber con las extravagancias de las Mierdas Flotantes y graban Operación Cóndor. Era verano de 2008 el disco se presenta con un alto grado de satisfacción, más personal que profesional.

Durante ese verano Gilber quedó mucho con Jorge, el de Ciudadano, quien le ponía en los cascos las nuevas grabaciones que estaba haciendo con Joaquín, el de Travolta. Así le contó que tenía idea de hacer un nuevo proyecto, más personal, y que se llamaría Tórtel.

Con esto empezó 2009. En febrero más o menos ese grupo que salía por los auriculares del Ipod de Jorge ya estaba en algún cartel y poco después Gilber se pone a las teclas de Tortel. Tiempos de cambio, nuevas canciones sonando en la mente y nuevos amigos que se unían a las peripecias de Gilber, como Julio de Crtl Alt Supr o Nick, de Jackson Milicia, al bajo. Además, confirmaban que saldría editado el disco de Tórtel, con lo que se ponen a trabajar en las presentaciones.

Los dedos de Gilber acabarían al poco tiempo muiltiempleándose. Tras su incorporación a Tórtel recibió el ofrecimiento de Dwomo para formar parte en la gira de su cuarto disco, Disco Dios, que empezaría a finales de 2009 y que auguraba bastante movimiento. Gilber, ahora sin las mierdas, había empezado a grabar Versalles con Joaquín, fruto de sus charlas en sus anteriores encuentros, pero casi todo el tiempo lo pasaba entregado a las preciosas imágenes de Jorge o a las ingeniosas extravagancias de los Iglesias Zurita y Lorán Martín-Fabiani. Al mismo tiempo, había salido el disco de Guillemka con gloriosas críticas y los conciertos con Guillermo también se multiplican.

En ese año Gilber empieza a tocar con la estrambótica banda de Mr. Perfumme, la hermandad de la alimaña, un proyecto original y casi dadaísta al que apenas podrá acompañar porque si sigue yendo de un lado a otro tocando tantas canciones le puede explotar la cabeza.

2010 es el año de la Escuela de la Vida para Gilber. Mientras acaba Versalles y hace los deberes con Dwomo, Tórtel y Guillemka, algunos músicos de la escena española van preguntando por sus servicios. Así encontramos a Jonston, Amatria, o Manolo Tarancón.

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