élena es una banda de Barcelona que empieza a gestarse a principios de 1999, adoptará el nombre de élena cuando se incorpora definitivamente, en marzo del mismo año, su cantante Helena Miquel. Así los miembros fundadores de la banda son Víctor Francisco (batería, pads, bases programadas), Dani Castro "Zap" (bajo), Raül Moya (guitarra eléctrica) y Raül Fernández (guitarra eléctrica), este último entró en principio para realizar tareas como productor y colaborador de la banda pero en seguida acabó siendo un componente más. A lo largo del año 2001 se incorporan al grupo Roger Roca (guitarra española y eléctrica) y Andreu Viure (trompeta) para reforzar los directos, pero poco después ya son miembros activos y permanentes…

DISCOGRAFÍA:

1. "Porelamordedios" - CD - 2001. Satélite K. Incluye 9 temas propios y una versión de Jackson Browne

2. "CCCP" - EP - 2001. Satélite K. Incluye 4 temas

3. "Present" - CD - 2003. Satélite K. Incluye 8 temas

4. "Un cafe, setanta matins" - 2009

"Porelamordedios" se caracteriza por su densidad, por la creación de atmósferas. "Present" es un disco en el que prima la melodía y la desnudez sin dejar de lado las guitarras densas y los ruidos ambientales bien dosificados. En su Ep "CCCP" ya se intuye un giro hacia canciones con menos capas, más desnudas. En todas sus grabaciones cuentan con la producción de Raül Fernández y Jordi C. Corchs.

"Un café setanta matins” es el título del nuevo disco de la banda catalana Élena. En este disco, todos los temas son cantados, por primera vez, en catalán.

Élena: quieren marcharse pero no quieren ir a ningún sitio. Su música parte del desasosiego y busca una elipsis donde reposar las tres o cuatro certezas que tenemos, un espacio para respirar libremente. No vive de acuerdo con los lugares terrenos y es buena amiga del espejismo. Si preguntas a Raül de dónde nace "Porelamordedios", una respuesta simple ("queríamos hacer algo bonito") socava la asociación de Élena al intelectualismo de otras propuestas de pop y rock con paisaje postista al fondo: el crepitar etéreo de Cocteau Twins, los grises ambientes de The Cure (oigan el delay de "Mate"), el alma y el talento evocador de Piano Magic (esas dulces pero amargadas oratorias, que nos remiten a las de Hazel Burfitt en "To Be Swished" y Raechel Leigh en "Amongst Russian Lathes & Metal Curls"), la catarsis eléctrica de Mogwai y la épica cinemática en media fidelidad -atención al avant-country con vistas a Almería de "Julio Alberto" y la concisa "Antes", decoradas por la trompeta de Dan Possen- confluyen en un ejercicio de pop puramente emocional y sin necesidad de explicación anexa, que sabe hacer de la aflicción algo inspirador. "Por el amor de dios" evita licencias: no abraza la autocompasión ni deja que su oblicuidad acabe por los cerros de Úbeda. En lo vocal y lírico, supone un disco apocado, tímido y prudente (aunque en "Julio Alberto" Helena demuestre que su voz hubiera lucido la mar de bien en Tarnation), y en lo instrumental mezcla sabiamente las tinieblas "de dormitorio", cierta bilis guitarrística y algo de experimento. Es un itinerario pedregoso y sugerente por los pliegues de nuestra intimidad: desde la cortante y álgida "Pure" hasta la intensa declaración amorosa de "Nadie Pero Mar", pasando por el claroscuro relatar de perlas como "Mate", "Satan Kingsize" (con Roger Roca acuchillando cuerda), "Km. 103" y "No Pattern", hito de fugas psicogénicas. Una fascinante primera obra que abre algunos ventanucos -"Julio Alberto", "Antes" y "These Days", revisión de Nico- por miedo a caer en otra simple y unidireccional visita al lado feo de la existencia. Una catarsis de disco que amortiza tormentas de hielo, crímenes del corazón y caminos de espinas, y encuentra ese "algo bonito" que era su anhelo: diez canciones de lirismo y enojo reservados, a las que debemos acercarnos sin reservas. Hay una bella recompensa para quien se atreva.

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