Pedro Botero es uno de tantos grupos que surgieron cuando el rock duro en España ya había tocado techo y que injustamente no tuvieron una carrera y una aceptación acorde a la calidad de sus músicos y sus composiciones, aun así nos dejaron cuatro elepés muy buenos y un grato recuerdo a quienes pudieron verlos en directo.

El grupo nace a mediados de los 80 en Zaragoza y su primera formación la componen: Rubén Bartolomé (voz, guitarra), Charlie Colás (guitarra), Nano Pérez (voz, bajo) y Chirri Bartolomé(batería).

Pronto son fichados por el sello independiente Snif, propiedad de Julio Castejón, el alma mater de Asfalto, que también sería productor de los 4 elepés de la banda y colaborará metiendo coros y arreglos; el primero de ellos, de título homónimo al grupo, ve la luz en 1987 y se caracteriza por un sonido a caballo entre el heavy y un rock algo más tosco, con temas realmente buenos como “Desertor”.

Al año siguiente los mismos protagonistas repiten fórmula y dan a luz “Guerrero”, algo más elaborado pero en la misma onda que el anterior.

Tras tres años dubitativos e irregulares en su carrera regresan discográficamente en 1991, esta vez será Libélula quién publique el disco, demostrando así la confianza de Julio Castejón en ellos al atraerlos a su nuevo sello. En la etapa en Libélula contarán con la inestimable colaboración del genial teclista Miguel Angel Collado (Ñu, Santa, Topo, Asfalto).

Para este álbum entran José Luis Arrazola (guitarra) y Sergio García (batería) en sustitución de Charlie y Chirri. El sonido evoluciona muchísimo y sus composiciones resultan mucho más elaboradas, dando un paso de acercamiento al Hard Rock melódico y al A.O.R. El título de su nueva entrega es “La llave del Alba”, para muchos su mejor disco, que cuenta con excelentes pasajes como “Me falta el aire” o “Provocación”.

El último plástico del grupo ve la luz en 1993, “Oro y cenizas” es un discazo en el que desatan toda su creatividad y confirman su genial sonido. Para este álbum la batería correría a cargo de Miguel Isaac. “Ya no tengo ganas de jugar”, “Me falta el aire”, “Cansado de esperar” son claros ejemplos de un excelente trabajo.

Al año siguiente, 1994, el grupo funcionó bastante bien en directo, destacando la fiesta de navidad en la que actuaban como maestros de ceremonia Asfalto, y en donde también intervinieron Pedro Botero junto a otros grupos como Mägo de Oz, Saratoga y Gradhen.

No obstante el grupo abandona la actividad poco después y sólo se les ve sobre los escenarios de manera muy esporádica en algún festival en su tierra, Zaragoza.

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