Sobre So Happy It Hurts

Es la primera ley del rock canadiense: Cuando ves un retrato en blanco y negro de Bryan Adams agarrado a su guitarra en la portada de un disco, el buen rollo está garantizado. Tras colaborar con artistas de la talla de Ed Sheeran y J. Lo en el ecléctico Shine a Light de 2019, Adams anuncia la misión de volver a lo básico de So Happy It Hurts con una portada que evoca las icónicas imágenes que adornaron Cuts Like a Knife de 1983 y Waking Up the Neighbours de 1991. Los 12 temas que contiene también hacen honor a la reputación de Adams como un rockero humano de parada de camiones, aunque a raíz de la pandemia, su misión de rockear ha adquirido una mayor gravedad para salvar el alma.

La canción que abre el disco es un clásico de los viajes por carretera de los canadienses, que combina el valor del corazón de Springsteen con referencias cariñosas a la Trans-Canada Highway y a las Montañas Rocosas, mientras que el himno "Always Have, Always Will" puede hacer que compruebes la letra pequeña para confirmar que no se trata de una joya perdida de mediados de los 80. La única curva real llega en forma de un interludio cómico a mitad del álbum con la voz del veterano de los Monty Python John Cleese, pero resulta ser una elaborada preparación para los simples placeres de "Kick Ass", un rockero que rompe el asfalto y que hace honor a su título.

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