Vivica Genaux

Varios rasgos identifican a esta carismática mezzosoprano norteamericana: una voz límpida de interesante timbre, gran extensión, belleza y agilidad; una técnica impecable y una personalidad escénica sumamente atractiva. De esas cualidades, la más sobresaliente es su habilidad para las más finas coloraturas.
Pero hay otro dato singular que la distingue en el medio lírico y es el de haber surgido y haber mantenido hasta el día de hoy su residencia en Alaska. "Creo que tengo una identidad y eso es algo que me agrada enormemente", responde Vivica, con esa sonrisa amplia y contagiosa que se adivina aún en la conversación telefónica.

-¿Cómo resulta estudiar música en Alaska, un punto tan alejado para una carrera internacional?
-Normalmente, la gente no piensa en Alaska en términos de una vida cultural interesante. Sin embargo, la cultura es un eje central, sobre todo durante el invierno que dura casi nueve meses tremendamente fríos y oscuros. Las actividades musicales brindan una oportunidad para encontrarse con gente. Cuando era chica, Rusia estaba cerrada al tráfico aéreo, y los artistas que salían de gira por Japón o Corea debían pasar por Alaska para re-
cargar el avión y entonces ofrecían conciertos en las ciudades más pobladas, antes de continuar hacia Oriente. Así tuve la suerte de escuchar artistas extraordinarios, como si hubiera vivido en New York, Londres o Berlín.
-¿Cómo logró desarrollar una carrera internacional desde Alaska?
-Estoy viajando siempre, por eso nunca establecí mi residencia en otro lugar. Alaska es maravillosa. En este momento estamos en el inicio de la primavera, viviendo días estupendos, con un sol que dura hasta pasada la medianoche y que luego reaparece a las 4 de la mañana. Es mi estación preferida, se vive una sensación de esperanza y cosas buenas.
-En su actuación en Buenos Aires presentará dos compositores del barroco: Haendel y Hasse. A pesar de ser los dos muy populares en el siglo XVIII, sólo Haendel logró un revival a la altura de aquella popularidad, en tanto que Hasse permaneció más oculto. ¿Cómo lo explica?
-Es interesante que los dos fueran de origen alemán, que ambos estudiaran en Italia y se convirtieran en compositores de fama internacional. Haendel trabajó mucho tiempo en Londres y gran parte de su producción se conservó allí, ciudad que ?precisamente? redescubrió la música barroca con un interés más fuerte que en otros países. De manera que teniendo a mano esa producción tan rica fue más fácil elegirlo a Haendel.
-Siendo los dos de origen alemán pero italianizados en su lenguaje, ¿qué elementos desarrolló cada uno como marca propia en lo vocal?
-La música de Haendel es mucho más compleja. Hasse, en cambio, es más italiano, tiene una simplicidad en el sentido de resaltar la voz y dejar a la orquesta en un rol secundario, casi comentando lo que dice la voz. En Haendel permaneció esa característica alemana de la complejidad en la composición. Hasse tenía a su favor un increíble conocimiento de la voz humana.
-En una ocasión manifestó que Haendel no le agradaba desde un principio. ¿Qué le hizo cambiar de opinión y qué define que una partitura sea vocalmente placentera?
-Haendel no me llegaba al corazón como Hasse u otros maestros italianos, con los que sí tenía la sensación de estar cantando desde el estómago, con cuerpo y alma. Con Haendel, en cambio, debía estar siempre un paso atrás, calculándolo todo, qué y cómo lo hacía. Sentía que me faltaba entenderlo y por eso me empeñé en el estudio. Habiendo abordado tantos roles suyos debo reconocer que ahora me encanta y que gané una libertad antes desconocida. En cuanto a las escrituras, Hasse sigue siendo muchísimo más confortable y natural para la voz.
-¿Qué condiciones son imprescindibles en un intérprete del barroco, considerado un repertorio para especialistas?
-Es uno de los repertorios más difíciles porque se necesitan todas las aptitudes y recursos vocales. En primer lugar, una técnica de canto lo más perfecta posible. La voz está en un primer plano y debe ser pulidísima, con enorme agilidad y gran variedad de colores. La preparación base es la del belcanto, con un gran trabajo en la técnica. En segundo lugar, abordar los roles de estas óperas requiere de una dedicación especial. En la ópera barroca estás solo en el escenario, cantando arias dificilísimas por 10 o 12 minutos, lo cual es muchísimo para sostener la concentración y llegar hasta el final del aria captando la atención del público. En tercer lugar, es necesario dedicarles mucho tiempo a las producciones y hacer una minuciosa recherche histórica. Nadie tiene una forma de interpretación igual a otro. Es como una prenda de alta costura hecha para tu propia voz, como tener un vestido hecho a medida por el propio Valentino.

Entrevista dada a mundoclasico.com:

Mundo Clásico: ¿Cómo definiría su voz?

Vivica Genaux: Cuando canto no me puedo escuchar, por lo tanto, lo único que le puedo comentar es lo que la gente me ha dicho que escucha en mi voz. Creo que mi descripción preferida es que es como ‘escuchar chocolate caliente’. ¡Espero que sea verdad! Sé que en términos técnicos soy una ‘mezzosoprano lírica de coloratura’. Con respecto al repertorio, mi voz suena muy bien al interpretar la música escrita para los castrati en el período Barroco y al interpretar los roles de mezzosoprano de Rossini. Me gusta intentar cosas distintas para ver cómo se adecua mi voz. Muchas veces creo que mi actuación o interpretación de un aria o de un rol no es lo que la gente está acostumbrada a escuchar de otros cantantes, pero eso puede ser algo bueno.

P.: ¿Cuál es su repertorio y qué límites se autoimpuso en el mismo?

R.: Mi repertorio casi siempre está entre Rossini y el Barroco. Durante los tres primeros años de mi carrera canté exclusivamente Rossini, y como tengo muy poca experiencia interpretativa, al comenzar a cantar profesionalmente tuve la oportunidad de aprender a equilibrar el canto con la técnica escénica. La incorporación de la música barroca a mi repertorio fue una oportunidad que me llegó de la mano de René Jacobs al ofrecerme el rol de Selimo en la obra Solimano de Hasse para interpretarla en el Staatsoper de Berlín. Desde ese momento comencé a agregar más y más música barroca a mi repertorio, porque disfruto trabajar con orquestras barrocas y amo el género. En realidad no impongo límites a mi repertorio, pero trato de entender y respetar las habilidades y las limitaciones de mi voz. Uno de mis principales objetivos en la vida es seguir cantando siempre que sea posible, y es esencial respetar las limitaciones naturales de mi voz para poder lograr ese objetivo.

P.: ¿Cuáles son los roles o estilos que le gustaría incorporar?

R.: Me gusta la música española, y me encantaría aprender más arias de zarzuela y canciones en español. Recientemente preparé un programa de música andaluza y napolitana con mi acompañante, Carlos de Aragón. Este programa demuestra las similitudes entre las dos culturas a través de su música y realmente lo disfruté. Además, me gustaría interpretar otra ópera de Hasse y espero que a través de las interpretaciones que realizo de su música, la gente se interese más y se puedan realizar otras de sus grandes óperas.

P.: ¿Cómo fue su experiencia en España?

R.: Disfruté todas mis presentaciones en España y amo el país, la cultura y la gente. Me encantaría agregar el español a mi lista de idiomas, y ya he estado trabajando en eso. Tuve maravillosas experiencias en Madrid, Sevilla, Jerez de la Frontera, Bilbao, Santiago de Compostela, Lugo, Barcelona. Espero tener muchos más compromisos en España en el futuro.

P.: ¿Se siente más cómoda interpretando una ópera completa o un concierto con arias y fragmentos?

R.: Disfruto de los conciertos y de las óperas; la energía que se necesita para los dos es muy diferente. Normalmente, en un concierto uno puede realizar más aportes al repertorio, pero los ensayos son limitados por lo que se tiene que llegar completamente preparado para encender la energía y actuar inmediatamente. En cambio, en la ópera, uno tiene entre tres y seis semanas de ensayo, por lo tanto, en el comienzo el nivel de energía es bajo. Hay mucho tiempo para explorar el rol, las relaciones entre los personajes, las ideas musicales con el director, y los conceptos de puesta en escena con el director artístico. Al finalizar la etapa de ensayos, el nivel de energía crece y crece hasta que finalmente se llega al día de la actuación y se encienden completamente todos los motores.

P.: ¿Cómo es cantar el repertorio lírico en teatros tan distintos a los originales?

R.: Hoy en día, creo que los teatros modernos, especialmente en los Estados Unidos, son muy grandes para repertorios operísticos. Muchos teatros fueron construidos para ser multifuncionales, es decir, para óperas, sinfonías y ballet. Cada uno de estos géneros tiene requisitos acústicos diferentes, y se terminan realizando grandes compromisos para aumentar la disponibilidad. Me gusta trabajar en teatros viejos y pequeños, donde la audiencia pueda verte -¡sin binoculares!-y pueda participar de la experiencia. Además, las orquestas modernas son completamente diferentes a los instrumentos para los cuales se escribieron la mayoría de los repertorios operísticos. Todo esto hace que el trabajo del cantante sea mucho más desafiante.
P.: ¿Qué criterio utilizó para elegir el repertorio que interpretará en Buenos Aires?

R.: Me pidieron que sugiriera principalmente repertorio de Händel para los conciertos que voy a realizar en Buenos Aires, pero también pude incorporar un aria de Hasse. Creo que es muy importante yuxtaponer a los dos compositores, ya que ambos fueron reconocidos como compositores importantes del siglo XVIII, eran alemanes, estudiaron en Italia y sin embargo tenían estilos muy diferentes. Para mí, Händel es un compositor muy teutónico, mientras que Hasse absorbió completamente el estilo italiano. En este programa, el repertorio de Händel incluye algunas canciones floridas como por ejemplo ‘Dopo notte’ y ‘Sta nedd’ircana’, así como también algunas canciones más suaves e introspectivas como ‘Cara speme’. El aria de Hasse llamado ‘Di quel acciaro al lampo’ es uno de mis favoritos. Este refleja su domino del estilo heroico en la escritura de la coloratura y es una comparación o un contraste muy interesante con el estilo de composición de Handel.

P.: ¿Qué expectativas tiene con respecto a su debut en Buenos Aires?

R.: Estoy muy contenta de presentarme en Buenos Aires por primera vez, especialmente en el marco de estos conciertos con Concerto Köln, que es una de mis orquestas barrocas preferidas desde que debuté con ellos hace diez años. Espero que el público disfrute del concierto como yo espero hacerlo.

P.: ¿Cuáles son sus próximos planes profesionales?

R.: Seguiré mi carrera especialmente en los géneros barrocos y bel canto y además este año incorporaré dos óperas de Haydn a mi repertorio. En julio representaré L’isola disabitata, y luego en diciembre Il mondo della luna. Además, este año incorporaré un nuevo rol de Rossini, con mi primer Tancredo en Viena de la mano de René Jacobs. La próxima temporada también colaboraré con el maestro Harnoncourt y el maestro Noseda en Los Proms de la BBC y el Festival de Stresa, con el maestro Rousset y Les Talens Lyriques en el Festival de St. Denis y con Fabio Biondi y Europa Galante en un Nuevo CD de Vivaldi llamado Fuegos Artificiales, que será lanzado en el otoño de 2009, sobre el cual realizaré una gira en Europa. Voy a trabajar con nuevos y viejos amigos.

P.: Para usted: ¿qué es cantar y qué se pone en juego?

R.: Para mí cantar es realmente un modo de vida; me encanta actuar, me encanta la sensación que tengo al cantar, me acostumbré a que mi voz sea mi prioridad número uno, con esto quiero decir que siempre tengo que tener cuidado de no enfermarme, no cansar demasiado la voz, tengo que estudiar y preparar la voz antes de mis actuaciones, tengo que aprender idiomas, tengo que seguir mejorando mi técnica escénica y mi técnica vocal; básicamente, todo lo demás en mi vida cumple una función determinada para proteger o facilitar mi canto. Es interesante porque cuando era joven siempre dije que quería crecer para ser una ermitaña, y de cierto modo lo logré. Casi siempre estoy en la habitación de mi hotel o ensayando/actuando en el teatro, pero incluso al estar sobre el escenario uno tiene la sensación de que está solo con sus pensamientos y sus emociones. Con respecto a lo que está en juego, creo que el desafío siempre es equilibrar el cronograma de presentaciones con las limitaciones físicas que uno tiene. La voz en sí está en juego si uno no hace las cosas bien, y todavía me cuesta rechazar ofertas, simplemente porque los proyectos en este momento son muy interesantes. Sacrifico un poco de mi espacio y tiempo personal, pero siempre me siento repuesta gracias a la actuación. Trato de cuidarme bien para que cuando tenga que enfrentar un cronograma agitado, pueda recuperarme rápidamente.

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