Giuseppe Fortunino Francesco Verdi (Roncole, 10 de octubre de 1813 - Milán, 27 de enero de 1901) es uno de los compositores italianos de ópera del siglo XIX más conocidos. Es autor de algunos de los títulos más populares del repertorio, como los que componen su trilogía popular o romántica: Rigoletto, La Traviata e Il Trovatore.

Nace en Roncole, ducado de Parma, entonces parte de Francia, donde recibe sus primeras lecciones de música. Continúa estudios en Busseto, bajo la tutela de Ferdinando Provesi.

Se convierte pronto en el organista de la iglesia de su pueblo. Intentó entrar en el conservatorio de la ciudad de Milán pero no lo consiguió.

Se puede decir que sus primeros éxitos están relacionados con la situación política que se vivía en Italia. Aparte de su calidad artística, sus óperas servían además para exaltar el carácter nacionalista del pueblo italiano. Quizás el Va pensiero (coro de los esclavos de la ópera Nabucco) es una de los coros más conocidos de Italia por esta razón. De esta forma, Verdi triunfa en Milán.

Gracias a los éxitos conseguidos, Verdi puede apostar por un estilo más personal en sus óperas, y puede presionar a libretistas y empresarios a arriesgar y experimentar un poco más. Es notable, en este sentido, la forma como se engendró la ópera Macbeth, con unos arduos, e incluso despóticos, ensayos para lograr que el texto fuera más hablado que cantado. Verdi consigue su cometido y el éxito de estas óperas es también notorio.

Sigue un período de dificultades personales, la muerte de su primera esposa y su hija, que contrasta con la creación de sus óperas más populares y queridas, las mencionadas Rigoletto, La Traviata e Il Trovatore.

Muchos consideran que la madurez del compositor se percibe en las obras que siguen a este período; por ejemplo, Don Carlos, que fue compuesta para la Gran Ópera de París; Aida, compuesta para la Ópera del Cairo; Otello y Falstaff, con libreto de Arrigo Boito basado en Shakespeare. Algunas de estas obras no fueron bien recibidas por el público o los críticos, que las calificaron de demasiado wagnerianas, crítica que el autor siempre rechazó.

En sus últimos años, Verdi compone algunas obras no operísticas. A pesar de no ser particularmente religioso, compuso obras litúrgicas, como la misa de Requiem (1874) y el Te Deum. También compuso el Himno de las naciones, que incluye las melodías de los himnos italiano, francés e inglés, sobre texto del poeta Arrigo Boito (1862) y un cuarteto para cuerdas en mi menor (1873).

Fallece en Milán, el 27 de enero de 1901, afectado por un derrame cerebral.

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