Hay primeros discos que son producto del empeño y otros que surgen por aclamación. Si se dan las dos premisas, enhorabuena. Y si el talento va de la mano del esfuerzo, si la inspiración se suma al bendito ensayo y error, hay razones de sobra para felicitar a sus protagonistas. Puede que en estos tiempos de urgencias se haya perdido cierto mimo para esa frase emocionante: el primer disco. Y que haya casos a los que les pase eso de, parafraseando a Javier Krahe: Yo, que aspiraba a la gloria de Cervantes, heme aquí, en la glorieta de Quevedo.

Con The Bright, que van camino de lo primero, este primer disco, «Soundtrack for a winter´s tale» (Subterfuge), llega como un gran salto que viene precedido de muchas pisadas sobre las tablas y horas de trabajo en el local. La voz que asombra de Miryam Gutiérrez y la presencia de Aníbal Sánchez, multiinstrumentista de las cuerdas, que son algo así como rockeros, herederos de último folk, o, ojo, que dice el Arizona Vielba (una vez más, enseñándonos a transgredir sin agredir las etiquetas): “Somos todos cultura pop”, of course, han llegado con una colección de canciones que pedían un tratamiento de lujo, como el que tienen, en este larga duración.

Sería un error (sin ensayo) pensar en este «Soundtrack for a winter´s tale» , que se me ha quedado atascado en la disquetera de mi coche y de mi corazón, en plan aquí te pillo aquí te mato. Ni The Bright ni Subterfuge se lo merecen.

El segundo disco lo cantan en castellano y se llama «Estados».
Para que pase más gente, dice Fernando Trueba que está harto de los mensajes cortos, comprimidos. En referencia a la moda de contar la vida en cuarenta palabras. Y acierta, que el relato hiperbreve ya estaba inventado. Y, además, el pop grande nunca ha querido extenderse más allá de lo necesario.

Es decir, Soundtrack for a winter´s tale no es un recurso para enlatar doce canciones. Se dice que las canciones crecen en directo. Pues aquí ya vienen creciditas. Canciones producidas sin un gramo de grasa. Con bajos y baterías, y más. Sorprendentes algunas, porque también brillan cuando parecían destinadas al último intimismo. Y otras, que son pura ensoñación en este cuento de invierno. Y, en general, nervio sin perder los nervios. Un viaje a medio tiempo con picos de intensidad que resultan tan calculados como intuitivos.

Soundtrack for a winter´s tale son canciones para toda la vida. Aunque, en manos de Miryam y de Aníbal, haya que pensar que esto es solo el aperitivo de una carrera larga, en la que como solitarios pescadores a la antigua usanza buscan nuevos caladeros creativos. Que llegarán. En su momento. Porque ahora toca inventarse un concierto imaginario de doce canciones para un solo espectador.

El sillón ese no está mal. Se baja la luz del salón y se enciende la del play. Y comienza el espectáculo a recuperar, como en los viejos tiempos, en que un nuevo disco en casa era un acontecimiento. The Bright, Miryam Gutiérrez y Aníbal Sánchez presentan cada canción. Usted puede reflexionar.

Artistas similares

Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia de usuario. Al continuar en nuestra web aceptas nuestra política de cookies.