Maga toma el nombre de unos de los personajes de Rayuela, esa laberíntica odisea parisina que protagonizaba uno de los grandes mitos femeninos de la literatura contemporánea, madre de Rocamadour y amante de Oliveira. Un clásico de la adolescencia el que eligieron David García (batería), Javier Vega (bajista) y Miguel Rivera (vocalista, guitarrista, teclista y responsable de la imagen del grupo a través de su personal Mundomaga).

Bidimensional (Limbo Starr, 2001), el primer epé del grupo supuso el descubrimiento de un grupo que intercambiaba en sus temas estados de ánimos casi opuestos: ascendiendo de las frescas alturas del pop para descender a los abismos de ese género indeterminado que es el desencanto. Cuesta aceptar que sólo sea un epé, tal es su peso y empaque. Cuatro grandes canciones, sencillamente. El disco fue producido por Paco Loco, grabado y mezclado en su estudio Odds Sur (Puerto de Sta. María, Cádiz) a finales del año 2000. Y un dato adicional: está masterizado en los estudios M-Works Mastering (Massachusetts) por Jonathan Wyner, responsable de trabajos para la música de Astor Piazzola, James Taylor, Ennio Morricone, Thurston Moore y Lemonheads entre otros.

El resultado es una vista panorámica ante los altavoces… como dice la letra de «Des-pi-de», el primer corte, «necesito ver colores» y los veo, chispeantes en el horizonte, brillando en el atardecer… ¡esto es algo excitante, realmente nuevo! Aún así, buscando bien, hay referentes, aquellos que nunca debimos haber perdido, y aparecen como fogonazos que te revuelven algo dentro. La excitación de unos Pixies primigenios, la brillantez armónica de los mejores Boo Radleys, la búsqueda formal de los últimos Radiohead. Y hay todavía otro dato interesante: su elegante abducción de la tecnología, punta (programaciones de ordenador) o retrofuturista (teclados analógicos), que aunque aporta una nueva dimensión (otra más), forma un mismo cuerpo orgánico con la base rock bajo-guitarra-batería.

Bidimensional fue elegido uno de los mejores epés del año por la revista Rockdelux, Muzikalia.com y el programa francés «Rockomondo» (Rheims) . El Festival Contempopránea los eligió Grupo rock revelación del 2001.

La web realizada por Miguel Rivera y Marisa Benito fue merecedora del «premio especial a la mejor música original» en el VI Concurso SGAE de Autores Multimedia, por la combinación estética de los dibujos y animaciones con la música original.

Su primer elepé, Maga (Limbo Starr, 2002) «el blanco», coproducido también por el grupo junto Paco Loco, en ODDS (Puerto de Santa María, Cádiz) durante enero y febrero de 2002, con la colaboración de Fabián Romero en las mezclas, y masterizado en Peerless Mastering (Boston) por Jeff Lipton, responsable de trabajos para Tom Waits, Sebadoh y The Magnetic Fields (Stephin Merritt) entre otros, nos sugiere una forma muy concreta de escucharlo, tumbados en la cama, fumando un cigarrillo, mientras pensamos en nuestros problemas o en ese/a chico/a que nos presentaron ayer mismo y que nos resultó tan interesante. Maga es un sencillo prodigio melódico, lleno de transmutaciones con los que podemos pensar, bailar y reconocernos como criaturas sensibles a la melancolía, la angustia y todas esos estados del alma.

Desde que el disco se abre con: «con viento del Este hiciste una cama, soplaste sobre ella para templarla» («diecinueve»), queda patente que las letras juegan un papel fundamental en Maga. Sus canciones no cuentan historias, al menos en el sentido narrativo convencional, siendo más bien proyecciones de imágenes, fruto de vivencias personales, reales o imaginarias. Una acumulación de sentimientos contradictorios compilados en una especie de caos ordenado. Porque la música de Maga tiene poesía, y las letras son la vía para transmitirla.

Once canciones lo componen (todos los álbumes del grupo tienen el mismo número de canciones, ¿pura casualidad?), más dos interludios instrumentales «escondidos», nombrados como dos de los ministerios de la novela 1984, de George Orwell. Un abanico sónico que encierra la pulsación del rock, gracias a la solvencia del trío que es, donde las cuerdas y los teclados analógicos componen junto a los instrumentos eléctricos y acústicos, un ente orgánico, un nuevo espacio.

Mención aparte merece el diseño del disco, en el que continuando con la expresión minimalista, y utilizando la cama como elemento único polivalente donde se experimentan infinidad de emociones dispares (e incluso contradictorias, como la seguridad, el bienestar, la ternura, el amor, la pasión, la enfermedad, el frío, la congoja, la soledad…) cierra el círculo de maga, un disco tan sorprendente como especial.

Maga fueron elegidos ese año Nuevo Talento Fnac. El álbum fue señalado entre lo mejor del año por Muzikalia.com y Supernovapop.com (webs que lideran la información musical independiente en España) y eligieron la canción «diecinueve» como la mejor del año. El álbum fue también destacado en varias publicaciones nacionales como Mondosonoro, Bad Magazine, ABC de Sevilla, Enderrock y la web Notodo.com. Los lectores de la revista Rockdelux lo eligieron también como uno de sus favoritos. Fue el primer año que Maga tocó en el Festival Internacional de Benicassim e hicieron una extensa gira por toda la Península.

El segundo álbum de Maga fue editado el 18 de mayo de 2004, después de un largo proceso marcado por la experimentación, la búsqueda y el hermetismo. Producido por el grupo (esta vez junto a Jordi Gil), y grabado en el estudio Sputnik de Sevilla; las mezclas se llevaron a cabo en Sound Farm (Dos Hermanas). De nuevo de título homónimo al grupo, Maga, «el disco negro», siendo el primer single extraído «Un lugar encendido». Electricidad, electrónica, poesía y pop de altos vuelos, de nuevo los referentes que les han llevado, paulatinamente, a ser uno de los nombres importantes de la escena, y más importante aún, conseguir, con sólo dos álbumes y un epé, crear un universo sonoro tan propio que con sólo escuchar unas notas de cualquiera de estas nuevas canciones la mente viaja a su particular mundo.

Por tercera vez consecutiva otra de las fortalezas se encuentra en sus arriesgadas letras no argumentales que invitan a observar los versos como fotogramas, como secuencias sin guión. Poesía embebida que, como si se tratase de su custodiado manual de estilo aplicado a medias (Miguel Rivera y Javier Vega), constituye y reafirma la personalidad onírica del grupo. Un original paisaje de colinas sembradas de alfileres invita a compartir la melancolía del ser que llora lágrimas de sangre.

Maga tocaron por segunda vez en el Festival Internacional de Benicassim. Previamente viajaron a Bruselas a tocar en la fiesta de presentación que el FIB organizo en Le Botanique.

A finales de ese año se editó un nuevo epé, Blanco sobre blanco, el cuál incluía (además de las 5 canciones) los vídeoclips de la canción titular y de «Un lugar encendido», así como la grabación en el estudio de la canción «Paracaídas».

El grupo marchó a Argentina a presentar sus canciones, donde fueron acogidas con especial entusiasmo.

Los lectores de los portales musicales Muzikalia y Supernovapop incluyeron a Maga entre lo mejor de ese año, por su segundo disco, canciones y directo.

El año 2005 les llevó de nuevo de gira, tanto eléctrica como acústica. Quedaron registrados para su posterior edición en DVD sus conciertos de la Sala Bikini y de La Paloma. Con cada gira y cada nueva entrega se demuestra que Maga tienen una legión de fans muy sólida. Se hacen llamar «los celestes».

El nuevo álbum, Maga (Limbo Starr, 2006), empezó a fraguarse a finales del 2005.El disco rojo de Maga, bebe de los anteriores en cuerpo y alma, pero se envuelve en un sonido más directo y compacto que su predecesor. Supone una vuelta a formas más inmediatas, y condensa los elementos que les han supuesto granjearse un sonido propio, imitado pero inimitable: la pegada de un trío solvente, el uso de las melodías y la poesía de una forma muy personal, la modulación de la voz, la aparición de colores como teclados o la electrónica en las bases (menos presente en este disco), y el cuidado uso de todo lo relacionado con la imagen del grupo. El disco se ha grabado de nuevo en Sputnik (Sevilla), la factoría de Jordi Gil (Solina, Sr. Chinarro) y seguramente el foco de creación más importante de la renovada escena sevillana. De hecho a Maga se le responsabiliza del surgir de nuevas bandas en la capital andaluza (Neorama, Solina, Estrellas Pintadas de Azul…), papel que se resisten a asumir pero que cada vez es más evidente. El disco lo componen once canciones, y en él han colaborado Germán Coppini (ex-Golpes Bajos), Andrea Echeverri (Aterciopelados), y Florent (Los Planetas) con su guitarra inconfundible en el primer single extraído: «Pas— el cometa».

Maga es, sin lugar a dudas, uno de los grupos más influyentes nacidos de poco tiempo a esta parte. Su música expone su particular forma de ver el mundo, como la varita mágica que hace posible el deseo de convertir lo agrio en dulce y viceversa; lo doloroso en placentero; lo odioso en adorable; lo blanco y negro en color. Para Maga la música es magia y eso es lo que hacen.

Miguel Rivera (1974), voz, guitarra, teclados y programación, vive desde muy pequeño por y para la música. La magia le perseguía y se dejó atrapar. Formó su primer grupo a los trece años. Desde entonces y hasta hoy han sido muchas las formaciones, canciones, colaboraciones, conciertos y grabaciones. Lo más importante, un ep «Seaworld» (1994) y un Lp «Chemins de fer» (1995), además de la participación en los recopilatorios «El colectivo karma» y el homenaje a Joy División «Warsaw» con Long Spiral Dreamin’, uno de los grupos destacados de la escena independiente española de principios de los ´90. Igualmente con Supertube un ep «Supertube» (1996) y un Lp «Siòg» (1998), además de la participación en el recopilatorio «Punkadelia» y Benicassim 98. como teclista ha participado en los discos «Extra» de Australian blonde, «Momento» de Steve Wynn con Australian Blonde y «Amplifier» de Jet Lag. también ha participado como co-compositor de las B.S.O. de las películas de Santi Amodeo «El factor pilgrim» y «El traje» así como de varios cortometrajes.

David García (1971), batería, descubrió a los trece años que no con una varita sino con dos se podía hacer magia si con ellas golpeaba cualquier superficie que emitiera sonido. Desde entonces, además de estudiar percusión en el conservatorio, ha formado parte de diversos grupos como Flung, Doce y los anteriormente citados Supertube. En 1994 compuso y grabó la música para el corto «Cinco sentidos».

Javier Vega (1975), bajo, comenzó sus estudios de clarinete en el conservatorio a la tierna edad de 8 años. Algunos años más tarde abandona el instrumento de Woody Allen por su bien amado contrabajo y su hermano rockero. Entre sus formaciones destacan Pinball y Supertube. También ha participado como co-compositor de las B.S.O. de las películas de Santi Amodeo «El factor pilgrim», «El traje» y de varios cortos. En la actualidad forma parte del grupo de acompañamiento de Antonio Luque (Sr. Chinarro).

© 2006 Limbo Starr

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