El cantante. dibujante y humorista gaditano Pablo Carbonell, el bajo argentino Many Mouré y el teclista también argentino Guillermo Piccolini formaron este grupo en 1985, en plena Movida madrileña; el grupo se disolvió en 1992. Cultivó un tipo de canción cuyas señas de identidad son una particular e irreverente originalidad y un transgresor sentido del humor. Tras su maxisingle «Yo no me llamo Javier» vino su mejor disco, 30 años de éxitos (Ariola, 1986), donde es perceptible el influjo de Madness y la Orquesta Mondragón. En 1987 salió Por Biafra, cuyo mejor tema es «On the Desk». En 1989 se divulgó su tercer álbum, Mundo Caracol, y su trayectoria concluye con Toreros muertos: Cantan en Español, editado en el año 92 y producido por Piccollini.

Su popularidad se impulsó en América Latina hacia (1.988), cuando participaron junto a otros artistas como (Los Prisioneros), (Miguel Mateos), (Timbiriche), (Jose Feliciano), (Yordano), (Océano) y los Colombianos (Compañia Ilimitada) y (Pasaporte) en un mega evento de 12 horas de duración llamado (Concierto de Conciertos) que se llevó a cabo el 17 de Septiembre de 1.988 en (Bogotá), (Colombia) en el estadio Nemesio Camacho «El Campin».

«Nos gusta molestar»,confesó pablo carbonell cuando algun periodosta preguntó,allá por 1986,por las metas que pensaban alcanzar los toreros muertos.por aquel entonces,y despues de haber conseguido una cierta repercusíon actuando en directo en todo tipo de locales,la banda acababa de sacar al mercado su primer L.P.,un album llamado «30 años de exitos».Aquello mas que un titulo generico era una declaracion de principios a toda regla.

El polifacetico Pablo Carbonell,hoy convertido en idolo mediatico,compartío la aventura de los toreros muertos con guillermo piccolini y many moure,y todos ellos contaron con la colaboracion de algunos de los más soberbios musicos españoles,como es el caso del guitarrista Antonio de Diego ó del saxofonista Andreas Prittwitz,que además,actuó de co-productor del primer disco.

El trío,de vida tan corta como intensa,quiso aportar un aire nuevo y descarado al pop español de los ochentas.

“En 1986 fui a un bar, vi a un grupo tocando con un cantante horroroso, le pegué un empujón y me puse yo”, explica Pablo Carbonell, gaditano de nacimiento, ex pareja humorística de Pedro Reyes y ex actor del programa La Bola de Cristal, además de escritor, dibujante, cantautor y reportero del espacio televisivo Caiga quien Caiga.

Quizá esta historia no sea del todo cierta, pero sí que lo es que los tres integrantes de Toreros Muertos –Pablo (solista) y los argentinos Many Moure (bajo) y Guillermo Piccolini (teclados)- se conocieron en una jam session en Madrid y que allí mismo decidieron formar la banda al descubrir que compartían importantes adicciones: desde los discos de Madness o los ambientes mods del Madrid de principios de los 80, a –y sobre todo- su vocación etílica y su predisposición a hacer el cabra en cualquier momento.

El grupo se bautizó ‘Toreros muertos’ como chanza a la fiesta nacional y comenzó a ofrecer pequeños conciertos, ‘espectáculos divertidísimos’ que muy pronto llamaron la atención de alguna que otra discográfica y que llevó a la organización de la Fiesta del Estudiante –que se retransmitía a través de TVE y Radio 3- a incluirles en su cartel.

Poco después su maxi ‘Yo no me llamo Javier’ (Ariola, 1986) se coló en los tocadiscos de bares y disco-pubs de toda España y el mismo año su debut de larga duración, ‘30 años de éxitos’, les confirmaría como los reyes del chascarrillo y del rock de chirigota. El disco contenía el tema ‘Mi agüita amarilla’, un éxito que les persiguió a lo largo de toda su carrera, que les sobrevivió y que incluso ha sido versioneado posteriormente (los osados fueron Viva Nativa, un grupo puertorriqueño)

Por Biafra (1987)

Los Toreros Muertos reiteran su apuesta por el sentido del humor más salvaje en la que nada puede ser tomado en serio.

Los Toreros Muertos reiteran su apuesta por el sentido del humor más salvaje en la que nada puede ser tomado en serio. El disco no fue tan exitoso como el anterior 30 años de éxito, pero mantiene el mismo ímpetu fiestero y humor irreverente. El nombre del disco es una parodia de los discos homenaje ‘We Are The World’ que tan de moda se pusieron en la década de los 80. Ent er sus momentos más insipirados están las canciones ‘On The Desk’ en la que Pablo Carbonell parece poner todos sus esfuerzos para utilizar las palabras aprendidas en un curso de inglés por correspondencia y la hilarante ‘Nos Vamos de Excursión’. Por aquella época, a los Toreros ya les habían salido un montón de enanos y el público fue desetimando sus popuestas a favor de otras menos afortunadas pero mucho más guarras como los Inhumanos o Pabellón Psiquiátrico, cuyo único nexo de unión era utilizar el humor como medio de expresión.


Sin duda esta primera etapa fue la más celebrada de la banda, a pesar de que su trayectoria se prolongó hasta el 92 y que en sus obras siguientes se siguen encontrando algunas piezas certeras y divertidas. Así en el 87 se publica ‘Por Biafra’, producido por Carlos Díez y Carlos Martos, en el que se parodia la solidaridad internacional. ‘On the desk’ es su single más cómico, cantado en un inglés dudoso e infantil, que emula una clase de idiomas. En 1989 lanzan su presunto álbum de despedida ‘Mundo caracol’, del que apenas se da difusión al tema ‘Soy falangista’ (una canción con la que Carbonell pretende acabar con ciertos rumores de mal gusto sobre sus preferencias ideológicas).

Tras su álbum ‘Toreros muertos: cantan en español’ (1992), que pasó sin pena ni gloria y apenas promoción, los componentes se muestran aburridos y deciden emprender carreras por separado.

Años más tarde sus grandes éxitos se recogen en ‘Rock Milenium’ y, más recientemente, en ‘Lo mejor de Toreros Muertos’.

Después, el polifacético y vertiginoso Pablo Carbonell trabaja como reportero televisivo y cantautor. De hecho, en el 2000 publicó el disco en solitario ‘Aceitunas y estrellas’ en su discográfica ‘18 chulos’, un proyecto que lleva adelante junto a Santiago Segura, El Gran Wyoming, Javier Krahe y otros artistas. Many Moure probó nuevos derroteros musicales y regenta el Yas’ta, un emblemático bar de Madrid que ofrece actuaciones en directo. Piccolini inició primero un mondante, psicodélico y escabroso dúo llamado ‘Pachuco Cadáver’ junto al músico Roberto Pettinato. La banda se disolvió al trasladarse Piccolini a Buenos Aires. Allí, con su esposa, formó ‘Venus’, un ejercicio de pop suave con toques new wave.


Entre sus canciones más recordadas figuran la que les da nombre, Mi agüita amarilla, Yo no me llamo Javier, Soy un animal, Pilar , On the Desk, Falangista (Donde Carbonnel hacía una divertida crítica sobre su supuesta ideología) y 1789

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