Joseph Arthur reúne muchas de las clásicas cualidades de eso que se ha venido en llamar artista de culto. Cantautor de reconocido prestigio crítico, y casi inevitablemente ligado a ello escaso conocimiento y éxito popular, escritor de letras inteligentes y musicalmente innovador aun su reconocida deuda con la tradición folk, mucho más patente en sus dos primeros discos, es una verdadera pena que Joseph Arthur siga siendo un músico para minorías. Porque tal y como demuestra “Redemption’s son”, indiscutiblemente su mejor disco hasta el momento, este norteamericano descubierto por Peter Gabriel es uno de los talentos más sobresalientes del momento, un excelente autor/interprete de canciones que desde una primera escucha atrapan por su inusitada delicadeza y profundo impacto estético. Autor de una sensibilidad especial a la hora de escribir melodías Joseph Arthur se muestra más eléctrico que nunca a la hora de interpretar un material rico en matices que, gracias al uso de la distorsión y demás efectos sonoros, presenta un estimulante equilibrio entre el lirismo del pop y la energía del rock. Desde tiempos medios y baladas de alto poder melódico, a destacar “Honey and the moon” probablemente una de las más grandes canciones del año, hasta trallazos ácidos de la categoría de “Nation of slaves” Arthur firma uno de los indiscutibles discos del año que no merece pasar desapercibido entre las toneladas de productos efímeros de la industria musical.
Asimismo cabe destacar sin lugar a dudas «In the sun», tema que ha sido incluido en la banda sonora de, entre otras series, The L Word, y que se ha convertido en todo un himno a la hermandad, como se demostró con la colaboración de Michael Stipe y Chris Martin en una nueva grabación a favor de los damnificados por el huracán Katrina.
Esperemos que los escasos cien entusiastas que se congregaron en su único concierto realizado durante el pasado FIB se incrementen al número que merece la música de Joseph Arthur.
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