En poco más de dos años, el barcelonés John Talabot ha pasado ser un productor semidesconocido a convertirse en una de las grandes revelaciones de la electrónica y en un artista capaz de cautivar a Ewan Pearson, colarse en la lista de lo mejor del año de Pitchfork, colaborar con Delorean y sentar cátedra en lo que a house orgánico y envolvente se refiere. Siguiendo los pasos de Four Tet y cruzando el Northern soul con el sonido de Chicago, este barcelonés que se resiste a mostrar su cara pasa por ser la gran esperanza blanca de la electrónica de este 2011.

Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia de usuario. Al continuar en nuestra web aceptas nuestra política de cookies.